Tuesday, February 21, 2017

Antipiréticos y respuesta inmune a las vacunas



Antipiréticos y respuesta inmune a las vacunas


Hace tiempo dada la frecuencia con la se solicitaban recetas de paracetamol para tratar la fiebre en los niños vacunados, hicimos una búsqueda bibliográfica en la que encontramos un artículo evaluado por un grupo de enfermeros/as que se dedican a la Enfermería Basada en la Evidencia en el que se concluía que reduce la respuesta inmunitaria a las vacunas. Por lo que desde entonces desaconsejamos el uso rutinario del paracetamol para prevenir la fiebre en el niño. El tema se complicó en aquellos tiempos por la incorporación de la vacuna de la Meningitis B (Bexsero), que era más reactogena (es decir: daba más fiebre o malestar o dolor local) aunque desde que se vacunan de manera voluntaria muchos niños en el centro con Bexsero, no se ha notado un aumento significativo de las consultas por este tema.

Un artículo publicado en la revista Evidencias en Pediatría en el año 2010 de un  estudio evaluado por los compañeros del Grupo de Pediatría Basada en la Evidencia demuestra la reducción de la respuesta inmune de las vacunas tras la administración del paracetamol. Esta reducción se demuestra midiendo los títulos de anticuerpos circulantes en la sangre de los niños divididos en dos grupos dependiendo de sí recibían  tratamiento con paracetamol  o no.
A pesar de que el estudio evaluado presentaba problemas metodológicos s significativos los autores afirman que:
las reacciones febriles post-vacunales son infrecuentes, más aún después de la incorporación de la vacuna acelular para la tos ferina. Por ello, la administración preventiva de antitérmicos es una práctica que no tiene en la actualidad razón de ser en los países donde se dispone de este tipo de vacuna para cubrir a la totalidad de la población susceptible. En aquellas naciones que no disponen aún de ella, o en el caso, en que deba administrarse cualquier otra vacuna con antígenos capsulares o vesiculares (antimenigococo tipo B) que induzcan o puedan inducir reacciones febriles importantes, la profilaxis antipirética podría constituir todavía una opción aceptable. Aunque sin duda lo óptimo es reservar estos fármacos sólo para cuando la fiebre aparece después de la administración de una vacuna; y únicamente en el caso de que dicha fiebre provoque una afectación importante del estado general del niño. Respecto a la posible influencia del tratamiento profiláctico antitérmico sobre la inmunogenicidad de las vacunas, es necesario el diseño y ejecución de ensayos clínicos, cuyo objetivo principal sea resolver esta cuestión.”
Conclusión. Aunque no sabemos la repercusión clínica que éste hallazgo puede tener dadas las características del estudio (medición de títulos de anticuerpos) ,los resultados hacen aconsejable no dar paracetamol salvo caso en los que la fiebre sea muy alta o los síntomas muy llamativos. 



Vacunas y antipireticos.¿Reducen la respuesta a la vacuna?